Sociedad Actual
La sociedad actual se caracteriza por no ser un todo único monolítico. La sociedad actual está llena de diferencias, de diversidad, de elementos, rasgos, realidades, circunstancias, mayores y menores, que subrayan a cada uno de los grupos humanos a los que se pertenece, bien sea por razón étnica, lingüística, religiosa, social, profesional, etc. De hecho se puede pertenecer a diversos grupos al mismo tiempo, bien sea por razones de origen, de elección, por formación, por criterio profesional, hasta incluso por elección de opción de ocio, etc. Una misma persona puede trenzar su realidad vital bien con aquel bagaje que ha recibido de sus padres y antepasados, bien con el que ha adquirido con la formación recibida y con su ejercicio profesional, bien con la elección de sus amistades, bien con su voluntad de conquistar sus anhelos, los cuales incluso pueden haber determinado su misma migración a otros países, continentes, culturas, etc. Lo plural es lo que define nuestra sociedad, y, de hecho, ello no es en absoluto malo ni pernicioso; sí que lo es el pensamiento único, que, en definitiva, siempre tiende hacia el “no pensamiento” y hacia “la muerte de la inteligencia” –como proclamó,1 un 12 de octubre, entonces “Fiesta de la Raza”, en contra de Don Miguel de Unamuno, y en su misma presencia, un aciago militar que se había sublevado contra la legalidad democrática de la República española en 1939—. La biodiversidad no sólo es buena, sino que responde a la necesidad conatural del enriquecimiento (biológico, cultural, social) por medio del aporte y renovación constantes. La diversidad y el pluralismo cultural configuran la sociedad actual y deben desarrollarse iniciativas para favorecer el reconocimiento de los derechos sociales, políticos y educativos de las minorías inmigrantes, todo ello conformado en el escenario de derechos y deberes que emanan de la misma sociedad de acogida. La sociedad, el mundo, en definitiva, es heterogéneo. En este sentido, aparecen dos términos relacionados entre sí, “multiculturalidad” e “interculturalidad”, pero no podemos confundirlos: mientras que la “interculturalidad” sería la relación entre las diferentes culturas a través de la educación, la “multiculturalidad” sería únicamente la presencia de las diversas culturas en una coexistencia que no necesariamente implique “interacción” recíproca y sí, más bien, se base en una “tolerancia” en ocasiones muy relativa y quizá a menudo paternalista o “concesiva”. El sistema educativo debe afrontar la diversidad cultural existente y ofrecer una educación capaz de promover la integración y mejorar la convivencia entre los diferentes sectores de la población. En el aula conviven niños y niñas de diferentes nacionalidades en un alto porcentaje comparado con años atrás. Debemos propiciar, como educadores para mejorar el sistema educativo, la creación de ambientes interculturales y, como veremos más adelante, la tecnología puede ayudar a ello. No podemos definir nuestra sociedad actual sin pensar en dos aspectos que, desde perspectivas diferentes, configuran el contexto social, político, económico y cultural actual.
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